Durante la pasada pandemia, experimentamos como humanidad uno de los tiempos más complicados que se han vivido en nuestra historia moderna.
Dejando en muchos de nosotros huellas profundas, resultado del miedo, la ansiedad, la depresión y las conductas compulsivas.
Sin embargo también fuimos testigos de la resiliencia, la generosidad, la gratitud y otras muchas cualidades presentes en nosotros.
Demostrando que los seres humanos tenemos en nuestro interior las capacidades y las herramientas que nos permiten hacernos cargo de nuestro propio bienestar psicológico y físico.
A lo largo del tiempo los seres humanos hemos olvidado muchas técnicas que ya se enseñaban de manera precisa y con una metodología clara desde hace miles de años.
¿Qué pasaría si estudiáramos minuciosamente todas esas técnicas milenarias mediante las neurociencias y la psicología más moderna de nuestro tiempo?
¿Qué pasaría si todas esas metodologías de las tradiciones ancestrales las pudiésemos pasar por el tamiz de la ciencia?
Esa combinación sería espectacular, ya que se podría conjuntar la sabiduría de miles de años de oriente con todo el cúmulo de conocimiento científico de occidente, lo mejor de ambos mundos.
